martes, 9 de noviembre de 2010

"Solo quiero que me devuelvas el sol que me has quitado."

Sirva este malísimo relato como homenaje a mi ídolo: Diogenes, el rey de los pasotas.

Dijo Nietzsche que “El hombre libre es aquel que piensa de otro modo de lo que podría esperarse en su razón de origen, de su medio, de su estado, de su función y de las opiniones reinantes en su tiempo”… y eso es lo que hice. Quise ser libre en cuanto pude, en el momento que mis hijos se fueron de casa, mi mujer dejó de hacerme caso y mandé a paseo aquel trabajo de ejecutivo agresivo al que tanto tiempo dedicaba.

Gracias a mis buenos contactos conseguí una tinaja en buen uso, y la ubiqué junto al centro cívico. Disponía gratuitamente, por supuesto, de wifi, duchas con agua caliente, piscina cubierta y descubierta y algunas otras instalaciones deportivas de interés. Por las noches podía conectar mi ordenador portátil y leer los blogs que me entretenían de gran manera, “Pienso, luego escribo”, “El blog de Ni la breve”, “La caja de relatos de Sonia” o “El diario del gilipollas ese…” y otros muchos más. Me estaba convirtiendo en un experto de los servicios gratuitos del Ayuntamiento de mi ciudad.

Así sucedió aquel día, cuando me disponía a dormir bajo el sol tras leer un párrafo de mi última novela recientemente retirada de la biblioteca municipal. Me encontraba gozando a pleno sol tumbado en mi hamaca, junto a la entrada de mi tinaja cuando se acercó aquel experto abogado matrimonialista, y dándome sombra con su cuerpo y sus papeles en mano me aconsejaba que firmara cuanto antes, para que mi mujer pudiera aumentar su disfrute económico en su nueva condición de divorciada.

Pude observar como el abogado miraba alrededor de mi morada valorando y juzgando mí nueva libre y pasota forma de vida. Seguramente lo dijo con su mejor intención, le daría pena o querría limpiar su conciencia, me miró con cara seria y aparentemente de buena persona, pero de alguien que se cree en mejor posición que tu y me disparó la pregunta esperada:

-¿Puedo hacer algo por ti?

Entonces, recordé aquellas sabias palabras de aquel pseudo-sabio Fernando Sabater … “Un intelectual es aquella persona que habla a los demás como si fueran intelectuales”

…Y así le respondí, queriéndome dar a mi mismo, un toque intelectual, parafraseando a mi admirado y ejemplar padre del pasotismo, Diógenes y mirando al pulcro abogado con los ojos entrecerrados por el sol, sin levantarme de la hamaca disfruté saboreando al decirle aquella frase que durante toda mi vida quise poder decir:

-“Solo quiero que me devuelvas el sol que me has quitado”.

3 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho por varias razones:
    - Está bien escrito, es original y coherente.
    - Habla de filósofos que es una de mis debilidades. Sobre todo los antiguos.
    - Me gusta que el protagonista se abandone a asuntos culturales como leer o escribir. (quién pudiera).
    - Me alegra que utilice las ventajas de un centro cívico.
    - Me halaga que de las cosas menos culturales a las que dedicará su ocio recuperado sea para leer mi blog.
    Hemos esperado mucho pero ha merecido la pena, felicidades Máximo.

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  2. vaya, qué buena idea la del protagonista, mmm, no sé si imitarlo y aprovecharme de los servicios públicos a mi disposición...
    Yo también me he sentido muy halagada de que a tu prota le guste leer mis tonterías, gracias.

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  3. Gracias por vuestra visita Nines y Sonia.

    No teneis por que sentiros halagadas al incorporaros en mi abanico de tiempos dedicados a mi desarrollo personal y entretenimiento.

    En realidad soy yo quien se tiene que sentir halagado por vuestras visitas y comentarios.

    Saludos.

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