Richard Gere , George Clooney y yo.

Me lo dijo mi vecino de ocho años: -Alberto, el peluquero, se ha comprado una máquina que solo corta las canas. El "aita" de Ander ha ido allí y se las ha quitado todas.

Hasta ahora mi peluquería es “el Alberto”, una peluquería de las de antes en una ciudad de las de ahora. Me siento y “el Alberto” me pregunta -¿Cómo siempre? -Y sin decirle nada empieza a cortarme el pelo como siempre y como siempre me empieza a hablar de fútbol –Hay que ver como va el Alavés, cada vez peor, ya ves con estos fichajes que está haciendo el mister, no se donde vamos a parar…

Miro de frente al espejo y veo reflejado “al Alberto” ensimismado hablándole a mi cogote de fútbol, si esperar respuesta. Nunca se la doy. Él no sabe que odio el fútbol, que me importa un bledo lo que me está contando y que no he visto un partido en mi vida.

Como no ha obtenido respuesta, con desparpajo de loro avezado, pasa al monólogo del monte y las setas, para acabar en su tema preferido, el control, la vida en pareja y el cotilleo del barrio.

Al acabar de cortarme el pelo siempre dice lo mismo –¡Que cantidad de canas tienes! Tengo un corrector que te iría perfecto -y mirándome por el espejo me recalca –No. No es un tinte. Los hombres no nos teñimos el pelo. Nosotros usamos un corrector de canas.

Mientras tanto el espejo refleja la clientela que está sentada esperando su turno sobre las sillas de imitación “plasticosa” de cuero, leyendo el As, el Marca y algún Interviú sobado… y me acuerdo de Richard Gere y de George Clooney y siento que los tres tenemos algo en común. Somos canosos sin complejos, de otro estilo y que “el Alberto” no se merece clientes como nosotros.

Sinceramente, me orino en sus ideas, me defeco en sus comentarios de fútbol, paso de sus setas y me avergüenzo de sus cotilleos de barrio.

Hoy he oído hablar de otra peluquería. La rapadora es una “Psicóloga autodidacta” gracias a esas revistas que hablan de videntes, charlatanes, aliviadores de males de ojo y consultorios 906.

Me he informado y ella no habla de fútbol, ella habla de energías positivas, de auras magnéticas, de iones y átomos. La observaré desde el espejo los próximos meses y cuando me hable de correctores de canas, hablaremos de cómo María Antonieta apareció con el pelo completamente blanco el día de su ejecución.