sábado, 14 de noviembre de 2009

Encuentro unipersonal de un pasivo incompetente.

“ El mismo día en que mi amada y adorada hada madrina, comunicó su interés en que abandonara nuestro hogar, fue el mismo día en que se convirtió en bruja. Fue exactamente el mismo día en que su varita mágica se transformó en escoba y el mismísimo día en que su precioso, encantador y siempre besado lunar se tornó en verruga. Todos estos acontecimientos sucedieron el día en que me convertí de príncipe en sapo.”

Sin saber como, deambulé y bebí como un cosaco, hasta que el amanecer del nuevo día hizo cambiar todos y cada uno de los pensamientos y proyectos de mi “plan de gestión” de vida.

Amanece. La luz, la humedad y el frío me han hecho despertar… me encuentro junto a un charco de agua limpia. Nenúfares, lentejuelas y otras plantas de agua la pueblan de una forma preciosamente ornamental. Oigo el croar de sapos y ranas alrededor. Me duele la cabeza y aún rodeado de agua por todas partes no puedo aplacar mi sed.

Había bebido demasiado. ¿Quizás la ginebra era de garrafón? … o tal vez… me había sentado mal la tónica que combinaba la ginebra. A veces son los cubitos de hielo, porque el agua que utilizan no siempre está perfectamente clorada…. ¿Será porque bebí demasiada ginebra?

La resaca está pasando factura.

El agua de la charca está tranquila, en reposo, es un espejo perfecto. Miro el reflejo de mi imagen sobre la superficie del agua. ¡¡¡ Dios mío !!! He vuelto a mi estado anterior. Vuelvo a ser un sapo. ¡ Casi me da un infarto!. Tengo que hacer esfuerzos para no caer al agua. Soy un sapo, Un sapo común, un “Bufo Bulgarus”. Nací renacuajo, crecí sapo y solo por circunstancias de la vida he conocido una breve vida de príncipe. Vuelvo a ser un sapo, creo que siempre lo he sido.

Soy un sapo gordo, con una brillante y escurridiza “piel de sapo”, ojos de miope, gafas de cerca, bocaza sonriente, hipersalivación constante, la papada me ayuda a aparentar una sonrisa mayor y aunque por sapo me tengo creo verme “patas de gallo”.

Recuerdo como fui victima de aquel hechizo. Hace pocos meses el hada madrina que ayer me “mandó a paseo”, besó mi boca desbordando amor y prometiendo felicidad, así que de sapo feo y embarrado, me convertí en un Príncipe, en su hombre objeto, en su hombre florero, en la envidia de sus vecinas. Me lo creí todo. La experiencia fue compleja pero me acomodé.

Está saliendo el sol, asoman cabezas ranas y sapos sobre la superficie del agua para tomar los primeros rayos de sol que nos regala esta preciosa primavera. Me veo desnudo y muy cambiado. No se que hacer.

Empiezan a aparecer unas jóvenes ranitas, dando saltos con agilidad, algunas de ellas acompañadas de sus consortes y pretendientes sapos. Tienen entre veinte o treinta años. Algunas vienen a controlar a sus renacuajos, juegan en el charco, celebran el comienzo de las vacaciones. En este charco todo aparentemente todo, es tranquilidad y felicidad. ¡¡¡Problemas cero!!!. Sigo en estado de observación. Soy animal de sangre fría y corazón caliente. Pienso en mi nueva situación. No entiendo nada. Morfeo me atiende perfectamente hasta la puesta de sol.

Una mosca se posa sobre una hoja cerca de mi. ¡Increíble¡. Sin querer he sacado mi estropajosa y “resacosa” lengua y con una agilidad sorprendente, y casi sin querer me he zampado ese insecto. Por cierto… ¡¡¡delicioso!!!. Uuhhhhhhmmmm… que manjar. Pensar que durante los años de príncipe me ponían caviar y langostas. Pronto he vuelto a recordar este sabor. Ha sido un acto reflejo.

Soy un sapo, un sapo común y vulgar.

16 comentarios:

  1. Interesante descripción de esos momentos en los que te cambia la vida por completo; la sencillez del relato centúa su profundidad.

    Saludos.

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  2. Me ha encantado como has transformado el cuento y lo has vuelto del revés.

    Muchos besitos.

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  3. Hola Máximo: Se te saluda.
    Pues para ser ficticios tus relatos, de veras que dejan un poso a realidad muy cercana.
    Te felicito por tus magníficas letras, amigo.

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  4. Bueno... creo que el príncipe prefería ser sapo, o por lo menos estaba encantado de comer insectos.

    No hay mal que por bien no venga.

    Saludos.

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  5. Francamente, a mí lo ser una ranita no me disgusta del todo.
    ;-)

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  6. Un relato embriagado con una dulzura especial, para mí ha sido un cuento muy real. Pero los cuentos tienen magia, y ese es el encanto que tú le has dado.
    ¿Sabes?, nunca quise ser princesa, en mis juegos nunca existían los príncipes ni los sapos; ni las reinas con coronas de oro.

    En realidad no sé si fui niña, no lo sé.

    Saludos Máximo.

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  7. Qué tierno el sapo! Me ha encantado este cuento al revés... Tan real como la vida misma. Cuántas veces el amor se empeña en disfrazar a los sapos de príncipes, y cuando pasa el tiempo y los sentimientos se enfrian, se les vuelve a ver como lo que son en realidad, es decir, sapos.
    El pobre sapo,descubierto y devuelto a su charco, en un principio lo pasa mal, pero después lo que siente es alivio, y es que fingir que se es algo que no se es, cansa mucho, y además con el único propósito de gustarle a una princesa que en verdad también disimula serlo, y no es más que una bruja.

    Por cierto, muy bueno eso de que la resaca puede estar debida a los cubitos de hielo, jajajajaa... sí, es lo más probable!

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  8. Hola Máximo.
    Yo creo que siempre es mejor ser un sapo que un hombre objeto, al fin y al cabo siempre se puede encontrar una rana que sea afín.
    Me ha encantado que el precioso lunar se convirtiera en una verruga, eso suele pasar muchas veces.
    Un saludo de Mar

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  9. la comentarista de arriba dijo lo que yo pienso, es mejor ser sapo y saberlo a ser un objeto e ignorarlo.
    Esta historia no te imaginas en que justo momento llega a mi

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  10. Pues me sumo a lo dicho más arriba por todos los que me han precedido.

    Te leí el otro día rápido... y hoy viuelvo a hacerlo de la misma guisa, pues estoy "colgada" sin ordenata en casa, en fin!

    Pero vamos, que sí, que el relato enternece, y es que hay hadas madrinas que son eso, brujas disfrazadas...!

    Un abrazote!

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  11. Una vez releído, si tuviera que elegir un personaje...

    " Narradora de cuentos"...

    Porque al leerlo, todos los personajes, tienen vida.

    Sin duda.

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  12. Pronto te aparecerá la princesa del beso.
    Volverás a tu estado natural, seguro

    Besitos, lindo sapo

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  13. No está tan mal ser sapo. Piensa que hubiera sido peor si te hubiera tocado ser la mosca, no?

    Un abrazO!

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  14. Muy bien escrito máximo, claro, sencillo,,, otra revisión de la archiconocida historia de la princesa y el sapo y sin embargo atrapa al lector, así que algo tendrá.
    Por cierto, me he hecho seguidor tuyo, aunque sea por el placer de estar rodeado de tantas mujeres:)

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  15. Tampoco es tan malo ser un sapo...hay cosas peores, ¿no?.

    Máximo, encantada de leer tus historias. Las narras muy bien.
    Gracias por venir a mi blog.
    Me quedo siguiéndote.
    Besos

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  16. Me he tomado la molestia de leer todo tu blog, me gusta mucho lo que escribes y cómo lo escribes. ¿Me invitas a tu charca? La mía es muy pequeña y empieza a aburrirme.

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