domingo, 20 de diciembre de 2009

En la cola del psiquiatra.

Nos hemos conocido en la cola del psiquiatra. Hay mucha gente en la sala de espera y pronto entablamos conversación.

Ella se llama Amaia, aparenta ser una mujer interesante. Es risueña y contagia optimismo. Ella se interesa por mi problema y le confieso lo que mas tarde le confesaré al Dr. Zumbado.

-Me encanta el chocolate. Sobre todo el chocolate oscuro, que no sea dulce, mas bien amargo y crujiente. Me gusta un poco frío, que no este blando… Cuando llego a casa después de comprarlo, busco un buen sitio para esconderlo, un escondite nuevo sin usar anteriormente. Una vez localizado, escondo mi tableta de chocolate y con mucho sigilo y discreción lo guardo allí mismo y con responsabilidad infinita, me hago a mi mismo ese falso juramento de que no volveré a comer chocolate.

Así que, después de cenar, me siento a leer en el sillón, bajo la acogedora luz de la lámpara y una vez que acomodo mi novela entre las manos, empiezo a salivar. Paseo mi lengua de un lado a otro de mi boca echando de menos un trocito crujiente del manjar llamado chocolate.

Mi lengua cada vez genera mas saliva, mas deseo de ese chocolate amargo, crujiente, duro que se deshace en la boca poco a poco. Me lo imagino perfectamente y muevo mi babeante lengua de un lado a otro

Empiezo a recordar las chimeneas de la fábrica de chocolates de Matías López, las tabletas de Valor, las onzas de aquel otro chocolate que compré en Bélgica…no lo puedo remediar mas, no puedo retrasar ese pecado de pensamiento y he de hacerlo realidad… así que me levanto y como sé donde he escondido el chocolate, lo encuentro rápidamente y me lo como mientras leo mi libro más que satisfecho.

Cuando acabo de contarle a Amaia cual es mi problema, se queda mirando al suelo y me confiesa avergonzada, que ella está allí porque de vez en cuando, escribe chorradas en un blog.

10 comentarios:

  1. Al fin, al fin puedo acceder a los comentarios! Y es que llevo casi una hora intentándolo... ´

    Bueno, yo venía con la clara intención de hacerte una preguntita:
    "Oiga usted, no será que tengo una cámara oculta en mi casa y por eso lo del chocolate ylo del blog aparece reflejado en una tal Amaia y en usted mismo...?"

    Jajajaja, es que es tal cual, vamos, con decirte que esta mañana he descubierto un par de chocolatinas (negras, renegras) entre un montón de libros, y una bolsa del súper semi escondida en un hueco, con una caja de bombones negras de Valor, me creerías???
    Yo también me digo que voy a rebajar el nivel chocolatero, pero no... soy débil, sucumbo al placer de los dioses!

    Y respecto a las "chorradas" que se vierten en un blog... hombre, chorradas, chorradas, tampoco creo yo que sean chorradas... o sí?
    Ayyys!

    Y cuidadito con el frío, la nieve y el hielo que tenéis estos días por Siberia-Gasteiz!

    Muxus!

    ResponderEliminar
  2. Me parece que voy a tener que hacer otra vez terapia. Me has hecho recordar que no puedo vivir sin chocolate y también escribo chorradas en un blog.
    Muy buena esta entrada y genial cómo lo cuentas.
    Un saludo

    ResponderEliminar
  3. Me gustan las chorradas escritas en un blog porque yo soy una chorra que lo hace, pero no me acerco a los psicopatas que se creen por encimade la verdad criticando nuestras chorraas y proclamando a los cuatro vientos que ellos son cuerdos.
    Yo, hace un mes visite un psiquiatra,me mando no lejos y me dijo que yo no estaba mal, solo habia sufrido una ruptura sentimental.
    Y aun asi, dicen que tengo una psicopatia y soy peligrosa...
    jajajajajajajaj
    jajajajajaja
    Bendita locura, la mitigare con chocolate negro.
    Besos locos para los locos.

    ResponderEliminar
  4. Me encantó "esta chorrada", de éstas se me ocurren un montón, pero no soy tan valiente como tú y acaban en la papelera.
    Te aplaudo, porque no me parece una chorrada, porque está muy bien narrada, porque me siento identificada,...y porque el chocolate está muy bueno.
    Estoy pensando, que cuando vayamos a ver
    juntos "El hijo de la novia", tú pones los pañuelos y yo el chocolate.

    Besos.

    ResponderEliminar
  5. Es que el chocolate, irresistible tentación, da para muchas locuras.
    Yo no pienso prescindir de él, así me llevara al sillón del psiquiatra.
    Muchos besos Máximo.

    ResponderEliminar
  6. Imagino que "los motivos" de ambos para acudir a la consulta del psiquiatra, eran otros. ¡Anda, cuéntanoslos!
    Mientras, recibe un fuerte abrazo, en vísperas del Sorteo de Navidad, de esta amiga que te aprecia.
    Te deseo mucha suerte, quizás te toque.... ¡quizás! ;)

    Geles

    ResponderEliminar
  7. Te deseo pases estos entrañables días llenos de alegría y paz con tus seres queridos.



    Feliz Naviad

    Felices Fiestas

    Próspero 2010
    Un beso Duna

    ResponderEliminar
  8. ¿El Dr Zumbado ? , qué curioso, el mismo que me recetó que tomara un poco de chocolate todos los días.
    ¿Chorradas?, al menos Amaia se da cuenta de ellas, como yo de las mías.

    En la cola, como si hubiera mucha gente; quizás sea lo habitual en estos tiempos...


    Bueno, dejo de analizar, y de decirte que me gusta como escribes.

    Lo siento pero no tengo espíritu navideño y no me salen las felicitaciones para nadie.

    ¿ Crees que debo ir al psiquiatra por ello ?

    Saludos.

    ResponderEliminar
  9. Jajajaja, pues las colas de los psiquiatras deben ser intermimables, yo tendría que coger cita pronto porque me encanta el chocolate amargo y escribir chorradas en el blog, lo mio debe ser muy grave y seguro que el tratamiento larguísimo, así que pensándolo mejor lo dejaré para cuando tenga más tiempo que últimamente estoy liadísima
    Un saludo de Mar

    ResponderEliminar
  10. por casualidad terminé en tu blog y me ha encantado tu chorrada!

    brillante chorrada!

    felices fiestas y besitos madrileños!!

    ResponderEliminar

Seguidores