Parece que ser el marido de una alcaldesa no es importante, pero desde que ocupo este cargo, no hago mas que velar por el buen funcionamiento del pueblo y mi responsabilidad es enorme. Nuestro ayuntamiento es pequeño, tiene casi treinta vecinos... pero aunque somos pocos el trabajo es mucho.
Mi esposa tiene estudios. Además, como no hace nada, que no trabaja en el campo, estudió Derecho, en
Yo sin embargo he estudiado el la "universidad de la vida", que es donde más se aprende y la que vale de verdad. Por eso le ayudo siempre que puedo, porque ella "está tan verde", que si la dejo sola se la comen.
Ayer mismamente, hubo una fiesta en el pueblo. Nombramos hija predilecta a la antigua maestra, así que vino gente muy importante de
Yo me puse el traje de la boda, que aunque me queda algo estrecho no se nota, porque no me lo abrocho. Menos mal que guardo la corbata con el nudo corredizo hecho. Solo tengo que apretármelo bien hasta que siento bien el nudo en el pescuezo. "
Al ratito de comenzar la fiesta empecé a ejercer el cargo de "Marido de Alcaldesa", que no siempre es fácil.
... y empecé con la mas importante que era la Consejera.
-"Se coma un espárrago señora" -Se lo dije de forma educada como mandan las buenas maneras.
-"Gracias, pero ya he comido uno" -me dijo así en tono muy "finolis".
-"No señora, se ha comido dos, pero se coma otro oiga" -le dije, sin cortarme, porque se les ve el plumero, que vienen a comer.
Mi señora, me mira como si quisiera asesinarme de un vistazo, pero es que no se entera de nada, menos mal que estoy aquí para echarla un cable, que si no, la dejan sin espárragos.
Yo a éstas señoronas del Gobierno no las conozco. A la única que conocía de las revistas, era a "
lunes, 14 de junio de 2010
El marido, la alcaldesa y los espárragos.
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Pobre hombre sólo quiere ser útil!
ResponderEliminarun saludo
Muy buen relato Máximo.
ResponderEliminarMenos mal que estaba al tanto el marido de la alcaldesa que si no a la pobre la dejan sin nada esos gorrones que vienen a lo mismo de siempre.
Seguro que estarían mucho mejor si ambos tuvieran repartidos sus conocimientos porque muchas veces son tan importantes las enseñanzas que nos da la vida como las aprendidas entre libros.
Un saludo de Mar
Pues ya lo siento, pero yo no puedo con el personaje del marido. No sé lo que habrá aprendido en la vida, y casi que prefiero no saberlo. Me despierta una curiosidad enorme la alcaldesa. Preséntanosla!
ResponderEliminarsolo faltaba el jamoncito de guijuelo,avisa para la prosima ,,prometo comer solo uno,,
ResponderEliminarun saludo maximo, te sigo leyeno
Pobrecilla, estaría ya muy apurailla la pobre que le mando a freirlos´
ResponderEliminarTiene mucha gracia en ese cuerpo Don Máximo!
Hola Máximo, pienso que hablas como escribes, por eso es lo escrito sencillo y sincero.
ResponderEliminarMe ha gustado tu “crónica” de marido de la alcaldesa, yo creo que contigo en los eventos no necesitáis prensa, eres el mejor cronista. Gracias por visitar uno de mis blog. Un saludo,