domingo, 19 de septiembre de 2010

Ella es tierna y me quiere con locura.

Cuando llegó Nemesio, se puso unos guates de plástico y le metió su mano por el ano, hasta donde le dio de sí el brazo y no pudo más. Una vez dentro apretó hacia un lado, haciendo que ella expulsara la gran cantidad de orina que contenía dentro de su cuerpo.

Nemesio hizo que expulsara toda la orina posible de su cuerpo, tras sacar el brazo de su intestino y me dijo que me pusiera delante de ella y que la tranquilizara, y así lo hice.

Coloqué mi cabeza junto a la suya y pasé mis brazos por su cuello, sus labios acariciaban con debilidad el mío. Nemesio le cogió un pellizco con la piel de su cuello y tras estirar un poquito de él, le inyectó la medicación con una jeringa de dimensiones exageradas.

Seguidamente se tambaleó y doblando sus rodillas se dejó caer al suelo de una forma lenta y pesada. Me senté junto a ella y moviendo su cabeza la puso torpemente entre mis brazos, donde la acogí con todo el cariño posible.

Desde entonces y tras la recuperación de aquel cólico, ninguno de los dos lo ha olvidado. Las complicaciones que nos ha dado la vida, han hecho que estemos más unidos. Mi yegua es tierna y me quiere con locura.

4 comentarios:

  1. Las complicaciones de la vida cuando no crean conflictos, unen mucho. Yo no sé si me veo en la situación. Soy muy blanda creo, lo mismo me desmayaba. Para todo hay que valer.

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  2. Dirás que soy la listilla de turno pero nada más comenzar a leer sabía que el final era ese, yo lo he vivido junto a un amigo veterinario que tengo, lo pasan realmente mal (la yegua y él).

    Besos

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  3. Las desgracias nos unen mucho más, y... una yegua, ya se sabe, es tierna, tiernísima!
    Qué suerte tienes, majo!

    Abrazo!

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  4. ¡Hola Máximo!
    Un relato amablemente animal.
    (En el buen sentido de la palabra)

    Saludos de J.M. Ojeda

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