sábado, 25 de septiembre de 2010

Ella lo entendió fatal.

Me lo dijo Mamá: “…Si tienes ganas de hacer pis, díselo a la monja para que te deje salir al servicio”, pero aquello fue imposible. Fue en clase de religión, cuando Sor Fernanda, con su seriedad y antipatía habitual nos hacía aprendernos el catecismo y luego nos preguntaba para ver si lo sabíamos de memoria.

¿Eres cristiano? –me preguntaba Sor Fernanda

-Si, soy cristiano por la gracia de Dios –Respondía de carrerilla, sin saber su significado real.

-¿Que significa ser cristianos?

-Ser cristiano significa ser discípulo de Cristo –contesté con cara de listillo la segunda pregunta del catecismo del Padre Ripalda… y así transcurría la aburrida tarde, como fue la del día anterior, parecida a la que iba a sufrir al día siguiente.

Fue al responder la segunda pregunta, cuando sentí aquellas ganas tremendas de hacer pis, me acordé de lo que me decía Mamá en casa… “si tienes ganas díselo a la monja”, pero no me atreví a decírselo, fue así como al sentarme en mi pupitre, Sor Fernanda me miró con cara acusadora y señalando el charco de pis discretamente realizado, me pidió que extendiera la mano para darme tres “reglazos” de castigo. Tras enviarme a portería con una nota, hicieron que me quitara mis odiadas bragas, herencia de mis hermanas mayores y una vez eliminado parcialmente el problema, Sor Fernanda colgó mis bragas recién meadas en mi espalda con un imperdible y acto seguido se ocupó de pasarme por la clase de los mayores para contarles como un niño maleducado como yo, se había comportado como un niño pequeño y cochino y no había podido contener las ganas de “orinarse” en su clase de religión.

Tenía entonces seis años y ella toda una vida dedicándose a “enseñar” a los niños en un colegio religioso… “Dejad que los niños se acerquen a mi” dijo su “lider” y ella lo entendió fatal.

15 comentarios:

  1. Qué horror! El sistema educativo de la época me pone carne de gallina. Lo peor , que el actual tampoco funciona. ¿Habrá algún término medio? En el comedor me dicen que mi hijo que ya lleva tres años allí, no quiere comer. Y me preguntan que qué hacen, pues obligarle! Con 5 hace su santa voluntad. Ni lo uno, ni lo otro supongo.

    ResponderEliminar
  2. Desde luego que lo entendió fatal. Eran tiempos en que se creía en la tortura de la dignidad como método...
    Podría contar cosas más o menos semejantes.
    Eran, como he dicho, otros tiempos. Ahora la que se mearía sería la monja ¡menudos son los críos! jajaja

    ResponderEliminar
  3. Gracias por tu visita Rosa.

    En realidad, yo no fuí el protagonista y la monjita que paseaba a los humedecidos, se llamaba "Madame Saint Irene", que Dios la tenga en su Gloria.

    "Madame Saint Ferdinad", era lo que hoy en día se llama tutora del curso y la anteriormente nombrada, era le encargada de la disciplina.

    El colegio era francés en Madrid, muy avanzado para la época.

    ResponderEliminar
  4. Ni:
    NI:

    Hay gente que sabe manejar a los niños con soltura, otros los consienten por desidia y otros los asustan.

    Hoy es el día que cuando veo una sotana, pienso que su usuario se me va a acercar a regañarme por algo, soltandome de inmediato una colleja o un capón de los que "pican"

    Saludos.

    ResponderEliminar
  5. A mí si que me pasó algo parecido en la escuela que iba, que no era de monjas, pero casi. Yo tenía 4 ò 5 años y la señorita Isabel me castigó por algo que había hecho y me puso de rodillas de cara a la pared con los brazos abiertos, sobre los cuáles me puso dos pedazos de enciclopedias que pesaban un montón y se ve que por el sofoco y el disgusto del momento, me hice pis encima y lo pasé tan mal que aún lo recuerdo con mucho desagrado. Tengo la teoría de que las cosas negativas que nos ocurren de niños se nos quedan más grabadas que las cosas buenas, no sé.

    Pero por suerte, los niños de ahora no tienen que sufrir esas cosas.

    Saluditos y buen comienzo de semana,

    ResponderEliminar
  6. hola maximo! despues de leer tu relato tengo una duda,era niño o niña?? saludos

    ResponderEliminar
  7. A.R.:

    El protagonista del relato es un niño.

    Ten en cuenta que en aquella época el preescolar era habitual que se hiciera en colegios femeninos, en este caso religioso.

    Si las dudas las tienes por el tema: "niño con bragas", te diré que el protagonista tenía muchas hermanas mayores que él, por lo que, mientras vivió en casa de sus padres, heredó toda la ropa posible de sus hermanos mayores, siendo indiferente que fuera hermano o hermana.
    Por eso en edad infantil llevaba bragas. Sin cuestionarse en ningún caso su falta o exceso de virilidad por el uso de ésta prenda.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  8. Hola Máximo
    Desde luego que no entendió lo que quería decir la frase, incluso creo que hoy en día muchos siguen sin entenderla.
    Un beso de Mar

    ResponderEliminar
  9. Gracias Màximo, duda aclarada,como tu bien describes la duda era por el tema:"niño con bragas"... saluditos y que tengas muy buena semana.

    ResponderEliminar
  10. Y digo yo... quizá hubiera algo de resentimiento en la vida de esas religiosas, siempre dispuestas a la "caridad", que a penas hacían diferencias entre clases sociales incluso entre ellas mismas (madres, hermanas... alumnos de pago, becados...)
    En este mundo la religión ha sido y será la excusa para las mayores atrocidades.
    Txori

    ResponderEliminar
  11. ¡¡LO LOGREEEE!!!

    Aunque ahora en estos tiempos, en la civilización occidental , los niños son una figura relevante y muy importante ( como debe ser) no siempre ha ocurrido así, ni es igual en todo el planeta.

    sólo tenemos que recordar las novelas de Dickens, o los Menhinos de las favelas de Río.

    En la época de la que hablas era un axioma lo de "la letra con sangre entra",

    ResponderEliminar
  12. Txori:

    Me da la impresión que tu has ido a un colegio de monjas ¿No estarás resentida?

    ResponderEliminar
  13. Ángeles:

    Me alegra saber que por fin puedes dejar tus comentarios.

    Quizás la falta de renovación en ciertos ámbitos como la Iglesia, el Ejercito o incluso la política, sean una respuesta de actuaciones como la relatada?

    No es mas que la consecuencia de un trato despectivo a la propia cantera.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  14. Yo estudié en colegio de monjas, Máximo, y pese a que nunca llegué a pasearme por la clase de los mayores con unas bragas prendidas en la espalda, recuerdo ciertas anécdotas parecidas. La verdad, no hace tanto tiempo, que yo todavía soy una niña (que no he cumplido ni los treinta, jajaja). Una cosa en claro saqué durante esos años, jamás, nunca, ni jarta de vino, mis hijos irán a un colegio religioso.

    Un besazo.

    P.D. Veo que has vuelto de las vacaciones con energías renovadas. Un placer leerte, como siempre.

    ResponderEliminar
  15. Casandra:

    Te comento los siguientes puntos:
    1.-Noto un cierto regocijo al comentar tu edad, pero todo el mundo sabe que existen determinadas mujeres que con la edad se hacen malas y divertidas y creo que tu perteneces a este grupo. Es decir, que con tus risas consigues demostrar que vas cumpliendo años... es cuestión d epaciencia.
    2.- Yo tambien juré no enviar a mis hijos a un colegio religioso, con el tiempo y por diversos motivos me tragué los juramentos.

    Ahora pienso que cuando me libere de mis obligaciones paternales, ingresaré (si me dejan) en un seminario. Quiero vivir como un cura.

    ResponderEliminar

Seguidores