La ciudad en la que vivía Cecilia era una ciudad pequeña, en la que la discreción brillaba por su ausencia, así que tal como lo había pensado, se decidió acercarse a Bilbao a realizar sus compras y elegir el “kit” completo después de ver las diferentes ofertas que especialistas recetaban a sus clientas.
Se lo había dejado bien claro a Bernardo. No quería verlo mas, ni a él ni a los diferentes pretendientes que tenía o podría tener sin dificultad alguna. Quería ser una mujer libre, viajar y decidir por si misma sin contar con, ni para nadie. Estos fueron los motivos por los que se había marcado unas metas en su vida. Había cumplido parte de sus objetivos. Acababa de realizar sus estudios universitarios y aprobar las oposiciones tan deseadas para conseguir su independencia económica sin problema alguno.
Cecilia dedicó gran parte del día en estudiar a fondo las diferentes ofertas, que daban solución a las preguntas que le surgían al haber tomado la decisión que sin duda alguna, le haría cambiar el rumbo de su vida.
Una y otra vez sacaba su agenda electrónica e iba anotando diferentes datos según sus intereses y necesidades… “Un irrigador vaginal, jeringas, tubos de laboratorio, vibrador con pilas de repuesto, bolas chinas, artilugios fálicos de tallas variadas, vaselina, cremas relajantes aromáticas, velas...y otros muchos accesorios del placer y la reproducción”.
-¿Qué desea Usted? –pregunto el especialista, perfectamente uniformado con su bata blanca, mientras le ofrecía a Cecilia asiento.
-Deseo hacer un pedido, quiero ser una mujer “single” –Respondió Cecilia plenamente convencida.
Ninguno de esos artilugios puede sustituir una caricia. Se puede ser single, pero sólo eso, de ninguna manera una mujer. El que se acuesta con máquinas, en máquina se convierte.
ResponderEliminarBuen relato, amigo.
Pues no sé qué te diga...
ResponderEliminarA mí me parece que Cecila no ha tomado la decisión acertada, pero bueno, ya tendrá tiempo de cambiar de opinión, mientras tanto, dejémosla que experimente...
Un saludo!
;)
¡Qué tristeza ser mujer single, y qué aburrimiento!
ResponderEliminarLas máquinas hacen de todo y lo hacen bien. A veces pensamos que son insustituibles y que no pasaríamos sin ellas, pero hay algo que siempre les faltará por mucho que la tecnología avance: la iniciativa y el calor humano.
Yo no creo que esa sea la decisión definitiva. Pero... para una falta. En fin, que cada uno se organiza como puede.
ResponderEliminarMuy buena historia.
ResponderEliminarCecilia debería pensar más sobre esa decisión.
Un beso:)
Pues yo apoyo a Cecilia, eso no quiere decir que yo lo haria porque me encanta el amor pero ojalá tuviera el valor de hacerlo fíjate lo que te digo!
ResponderEliminarolé Cecilia! eso si, espero que no te arrepientas!
Cita
...traigo
ResponderEliminarsangre
de
la
tarde
herida
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...
desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ
COMPARTIENDO ILUSION
maximo
CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...
ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE ALBATROS GLADIATOR, ACEBO CUMBRES BORRASCOSAS, ENEMIGO A LAS PUERTAS, CACHORRO, FANTASMA DE LA OPERA, BLADE RUUNER Y CHOCOLATE.
José
Ramón...
Pobre Cecilia, nadie la entiende... menos mal que yo sí, la entiendo, la apoyo y... comparto, sí, señores, comparto, con convicción, eso sí, hasta que se me vuelva a cruzar algo/alguien en mi camino que me haga replantearme mis creencias (siempre una puerta abierta, por si acaso)
ResponderEliminar¡Gracias!
ResponderEliminarA veces son mejores esos artilugios que un hombre (o una mujer, según sea el caso): los hay malos amantes, peores compañeros, ...
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