viernes, 18 de febrero de 2011

La psicóloga de Saturnino.

Saturnino tenía una calva excesivamente brillante y sonrosada. En su cara, las venillas marcaban el mapa de “La Rioja”, como le pasaba también a su padre y a cientos de hombres de su entorno. Manos anchas y dedos cortos de uñas mordidas, que utilizaba como autoconsumo ineficaz de calmante. Los centímetros de su perímetro abdominal superaba con creces los de su altura y unos brazos cortos que balanceaba rápidamente al andar.

Gregorio, su amigo íntimo le había dicho que acudiera a esa psicóloga. Ella le ayudaría a quitarse ese "atocinamiento" que le hacía ser el hazmerreír de su barrio, que año tras año le otorgaba el premio al desamor e infelicidad.

-Vete a la consulta de la psicóloga y en cuanto la veas, se te quitará esa cara de “alucinado” que llevas siempre –le decía “Goyo”

… y Saturnino, que se enteró que los psicólogos no utilizaban pócimas como la curandera de Navalagamella de Argamasilla, le hizo caso y acudió a la consulta que la nueva psicóloga, recién llegada de islas orientales, había abierto en su barrio.

Le había pedido cita por teléfono y su voz le había causado en el cuerpo sensación de hormigueo. Hoy estrenaba consulta y era su primer cliente. No había podido dormir pensando en ese momento.

En el instante en que la psicóloga abrió la puerta, la tomó como su “hechicera”. Su bata blanca, preciosas pecas en la cara, su mirada, sus labios y su “estructura” general, hizo que a Saturnino se le esfumaran sus males de desamor e infelicidad y desde entonces quedaron anulados todos los efectos de las pócimas tomadas durante años y años.

En aquel momento, al ver a su hechicera personal, Saturnino quedó “encantado”.

8 comentarios:

  1. No sabía que las visitas a psicólogos tuvieran efectos tan inmediatos.

    Me gusta tu relato.

    Un saludo.

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  2. Quizás el problema de Saturnino es que dá demasiada importancia a la belleza, ¿qué hubiera ocurrido si la psicóloga fuera un adefesio?

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  3. Qué suerte la de Saturnino, me alegro de que esté encantado... lo cierto es que no es el primer caso de paciente enamorado de su Psicóloga, mi hermana lo es, y le ha pasado un montón de veces...

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  4. Yo esta mañana dejé aqui un comentario...

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  5. ¿Tanto poder puede tener una persona sobre otra sólo con su presencia? Parece que sí.

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  6. Bien por Saturnino!!! descubre una nueva medicina alternativa y ademas sin efectos secundarios...genial!! me siguen gustando tus relatos....y los nombres que le das a los personajes hacen que no caigan en el olvido esos nombres tan castizos... Por que si Saturnino se hubiese llamado JHONATAN seguro que el efecto no era el mismo....saludos.

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  7. A ver si en vez de una psicóloga era una hechicera, encantadora de serpientes y atocinados...

    Un abrazo. A.

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  8. Un relato muy sugerente. Casi podría ser el comienzo de una novela por entregas. Por cierto, los psicólogos, ¿llevan bata?... así que hay quien les llama "doctor" :-))

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