domingo, 22 de enero de 2012

Te amaría, pero...

Te amaría –le dijo con la mirada –pero ya amo a alguien que no me ama.


Ella, una gran hembra, de mirada viva, vestida de negro azabache, se volvió mostrándose dolida, sabiendo que ser poseedora de un gran culo, era un ejercicio de gran responsabilidad… así que meneando suavemente sus caderas fue caminando despacio y a contraluz, saliendo del habitáculo por aquella puerta entreabierta. Sabía que si pudiera hacerle cambiar de pensamientos, podría cambiar su destino.


¿Ya estás animado Chocolatero? –preguntó risueña la joven veterinaria,de mano suave y trato amoroso, dispuesta a realizar la extracción seminal periódica a aquel enorme semental… y esté le miró con cara de ternero degollado en muestra de su amor no correspondido.

5 comentarios:

  1. Me gusta tu relato, y las vacas. Muy original.

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  2. Ella no tendría que cambiar sus pensamientos, sino hacerle sentir... Cambiaría un destino: el de ellos dos.
    MARISA.

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  3. Me han gustado los relatos, sobre todo el 2º ...

    Saludos!

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  4. Muy buena la forma en la que escribes, que buen post. Seguiré visitándote.

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