jueves, 31 de enero de 2013

He salido de quirófano.

Mientras, la anestesia local comenzaba a hacer efecto, reconocí a Anselmo,el electricísta tras la mascarilla quirurgica, junto a él, el Dr. Smith, especialista en cirugía estética, a la derecha Juana su enfermera y tras él, el resto del equipo de quirófano, atentos, estudiandome y sin cortarse un pelo en sus comentarios profesionales.

- El ejemplar al que vamos a realizar la intervención -explicaba el Dr.Smith -es un ejemplar de unas características muy especiales. Por sí mismas una por una no son excepcionales, pero si que lo son en su conjunto. Su pelo, no empapa por mucho que se humedezca con lo que soportará lavado, desinfectados e higienizados periódicos, exudaciones y fluídos de cualquier tipo, su sueño es relajado, su conversación aburrida, voz no estridente y la edad aconsejable ya que ha pasado paperas, tosferina y ha cumplido todas las crísis de temporada habidas y por haber... y luego mirando a Anselmo el electrcísta ny cambiando de tono, siguio comentando -el cableado eléctrico se dispondrá junto a las zonas pudeznas, en consecuenciaaaaaaa -dijo arrastrando la a de forma pedante -su campo magnético evitará la castración del paciente.

Cuando desperté, me había convertido en el osito de peluche con calefacción incorporada que toda mujer desea, suave, mullido, comodo y servicial para mujeres de cualquier edad, estado civil o tendencias religiosas siendo aconsejable para profesionales femeninas del rosario. Me había transformado en un osito de peluche muy práctico, ya que podía calentar pies, calmar retorcijones de estómagos o templar espaldas frioleras, sin riesgo moral o reproductivo alguno.

4 comentarios:

  1. Los osos de peluche están bien para un rato, pero si además tiene calefacción igual no tenemos que utilizar "otras cosas" para que nos den calor pero aun así donde este el calor humano que se quite cualquier otro fuente de calor.

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    1. Yo tampoco soy muy de osos de peluche. Prefiero calor natural. Gracias por tu visita.

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  2. Vaya intervención quirúrgica! ¿Cómo te dejaste? ¿Acaso fuiste obediente? Ah, no te dejes Máximo; también me gusta más el calor humano.
    Besos,

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    1. Comparto tus gustos. Insisto, mejor el calor humano, sobre todo cuando es entre humano y humana.
      Besos.

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