martes, 2 de abril de 2013

Encapuchados.

Fotografía cedida por Paco Sarabia.
San Vicente de la Sonsierra. La Rioja. 2013

Puro folclore de la España cañí. Autoflagelándose, para redimir sus pecados, porque él como todo el resto de católicos, es un pecador desde el día en que nació.

Por mucho que se flagele la espalda, hasta para hacer penitencia hay que ser humilde y dejar el protagonismo... y si no que se lo diga a Francisco... Luego, cuando se acabe la procesión hará su ruta de alcoholemia y seguira jurando y cagandose en lo más sagrado mientras toma un Rioja entre amigos de ojos turbios... y es que tenemos zonas donde el índice de juramentos acompañados de alcohol, por palabra, es patente (en mi colegio de curas era blasfemia con amenaza de excomunión). Para los católicos, siempre fue mas fácil pedir perdón a Dios que a tu vecino  o a quien tengas al lado. Mientras tanto encapuchados, penitentes, montando el numerito por haber pecado, el arrepentimiento se palpa y teatraliza... casi mejor que sea folclore. De lo contrario daría miedo.

5 comentarios:

  1. ¡Pues sí! Pienso que esto es como representar un teatro, pero al aire libre.
    ¡Saludos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si fuera cierto ¿Nno tendrías miedo?

      Eliminar
    2. La verdad es que esto suena como algo macabro. Yo, cuando era pequeña y veía en Sevilla el Santo Entierro por ejemplo, luego por la noche no podía dormir recordando el cortejo y todo aquel séquito, los lutos... y al Cristo metido en la urna de cristal.
      Pues si ves a hombres encapuchados flagelándose también debe dar bastante "yuyu" (no sé si se escribe así).
      ¡Saludos!

      Eliminar
  2. Puro teatro ...muy rentable para algunos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si el teatro es rentable no está mal,lo malo es que la gente no lo tenga como teatro y se saque rentabilidad de tipo religioso, entonces rozaría con el fanatismo ¿Sería peligroso?
      Un saludo.

      Eliminar

Seguidores