sábado, 29 de marzo de 2014

Babas de sapo.

Estamos en primavera, pócimas y hechizos están en su mejor momento para hacer efecto. Los bicheros se afanan por desembarrar los sapos y rebañar sus babas para vendérselas a la hechicera del pueblo cercano. Saben que las babas son afrodisíacas y por eso las brujas untan con esmero sus palos de escoba. Con ellas harán grandes viajes a Benidorm, donde revolucionan a los jubilados y danzan con ellos hasta la extenuación. Las hechiceras mantienen su encanto eternamente y son más jóvenes que las brujas, aunque no mucho más y a veces viajan en autobús. Yo ahora uso la bici, que es más ecológica, y no se como soy. 

5 comentarios:

  1. Pamplinas que sólo sirven para guiris, las españolas tenemos la sangre más caliente y no necesitamos de brevajes.

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    1. No se si son pamplinas. ¿Has viajado alguna vez sobre una escoba rezumando babas de sapo entre las piernas? Tiembla Benidorm,
      Saludos.

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  2. Babas de sapo? son brujas o princesas encerradas en un cuerpo que no es el suyo? agggg

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    1. Lo siento Arantza, son babas de sapo. Es la cruda realidad... y son brujas.
      Saludos.

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  3. Me parece estupendo entonces que todo se confabule, aunque me salgo particularmente del cliché. Me gusta volar... amo hacerlo (en paracaidas) metaforizar sobre ello y si tal vez sea una bruja no necesariamente con escoba

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