domingo, 13 de septiembre de 2009

Mientras me ducho.

No lo puedo remediar. Cada vez que me ducho me acuerdo de él.

Se trata un oso polar que exhibían en la antigua Casa de Fieras del Parque del Retiro de Madrid.

Cuando era niño lo veía, en una inmensa celda con forma de jaula de perdiz. En el centro, solitaria, una alcachofa de ducha que algún fontanero ingenioso del ayuntamiento había instalado.

Unos chorritos de agua caían con escasa presión sobre una pequeña parte del cuerpo del humillado Oso Polar.

Siempre que me llevaban de visita a la Casa de Fieras observaba aquella inmensa bestia de abrigo blanco, balanceándose de un lado a otro. Quiero imaginar que aquel descomunal oso agradecía su ridícula y grotesca ducha durante los agobios del verano madrileño. Supongo que era uno de los escasos placeres que tenía en su aburrida y triste vida durante su inmerecida cadena perpetua.

Y siempre me pasa igual, cada vez que me ducho me acuerdo de él. Yo tendría alrededor de diez años y desconozco los años que duró aquel animal, o si murió de reúma, de aburrimiento... o por vergüenza ajena.

Sin embargo, estoy informado, de que su compañero de condena, el elefante que se llamaba Perico, falleció a consecuencia de las muchas monedas que se había tragado. Perico era más servil que el oso, del que desconozco su nombre y recogía con su trompa cacahuetes y monedas que los niños le ofreciamos en nuestras manos. Era un estomago agradecido. Las monedas se las daba a su carcelero y los cacahuetes, se los comía él, a modo de reparto de beneficios. Pero sucedió que Perico se comía lo que sisaba a su guardián y castigado por su avaricia, murió de una indigestión producida por los metales propios de las monedas. La economía pasaba por malos momentos. No se hablaba de los brotes verdes. Además, hay que tener en cuenta, que durante los años sesenta, había exceso de caspa y corrosión hasta en las pesetas… y mientras me ducho pienso que a aquel grandísimo oso blanco, también le hubiera gustado mi ducha, con griferia termodinámica, chorros "opción masaje" y espacio abundante.

5 comentarios:

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  2. comentabate,oh insigne blogero,en plan metafórico sin acritud, la similitud entre tu oso de licor del polo y esos seres vitorianos que recien hoy empezamos a invernar,que bailamos torpemente al son que nos quieren tocar, y sin estirar.
    52 platanos cabeceros, balú mío

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  3. sin censura y sin comentarios

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  4. Me gustó mucho tu sensibilidad y tu forma de expresarte, quizás el niño que está dentro de ti no quiera dejarte, así se disfruta más de la vida y sus pequeños detalles.

    Saludos.

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  5. La forma de expresar tus datos personales me ha llegado aquí ( muy adentro )...

    No sé que pasa con los seguidores, en mi blog tampoco los tengo. Si aparecen, tendrás una más; pero recuerda que un seguidor es un número que apenas tiene importancia, el compartir es lo que nos une a tod@s los seres, al menos para mí.

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