domingo, 31 de enero de 2010

Mi amigo Patxi, el restaurador.

Cuando conocí a Patxi, él mismo se presentó como restaurador. Se dedicaba en cuerpo y alma a la restauración, investigando con nuevos métodos y nuevas tecnologías. Tenía nuevos descubrimientos y quería enseñármelos cuanto antes.

A mi, que siempre me ha gustado el arte y estoy involucrado en la restauración de edificios de interés histórico, me gustó la invitación y acepté de inmediato. Estaba intrigado en saber el resultado de sus investigaciones. ¿Un nuevo sistema de restauración? ¿Algún dato de interés histórico?¿Alguna obra de arte de envergadura?

Mi nuevo amigo insistía, pero su horario de trabajo no coincidía con el mío. Tenía pocos clientes, pero selectos y se debía a ellos. Yo lo entendía perfectamente, se que en época de crisis también se resiente el arte.

Por fin, un día me llevó a su centro de trabajo. Pensé que me iba a enseñar sus investigaciones después de comer. Así que nos citamos éste Viernes en un restaurante.

Cuando llegué al restaurante, Patxi no estaba a la vista, pero pronto se acercó un camarero interesándose por mi. Una vez informado me indicó que le acompañara y me guió hasta la cocina y cual fue mi sorpresa, cuando me encontré a Patxi, con su gran gorro de cocinero, su delantal blanco impecable, entre sartenes, cacerolas y su gran sonrisa de bienvenida.

3 comentarios:

  1. Brrrrr! Llevo un montón de rato intentando que mi comentario sea publicado, o mejor dicho, guardado...
    Este intento será el último, de momento, pues me tengo que largar a trabajar!

    Decía yo que esta vez no me has pillado de sorpresa con la palabrita, pues ya estaba yo prevenida, ya sabía d ela acepción que le han aplicado los nuevo gurús de los fogones al vocablo "restaurador".

    Pero para mí, un cocinero, por mucho restaurante que tenga, es eso, un cocinero, maestro en el arte de la manipulación de las viandas; y un restaurador, eso, un restaurador, que lidia con cuestiones artísticas y sus reparaciones.

    Habrá que acostumbrase a estas moderneces, pero... qué quieres!

    Imagino la sorpresa de tu protagonista, aunque, mirándolo bien, la adquisición del nuevo amigo, seguro que será agradecida por su estómago!
    ;)

    Muxus eta On egin!

    Y a ver si ahora tengo suerte, cruzaremos los deditos!

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  2. Quizás en este país no no explicamos bien, y decimos que tenemos una profesión cuando callamos la que ejercemos.

    No sé, no sé; pero esto a mí me huele a humos...

    Saludos Máximo.

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  3. Seguramente habrás comido muy bien, no?
    Un saludo

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