sábado, 2 de abril de 2011

Las gotas resbalan por el interior del parabrisas.


Las gotas resbalan por el interior del parabrisas. Está amaneciendo. Hace una un día tan húmedo como el de ayer. No siento el frío como en los primeros días, pero me siento destemplado. Tengo la espalda entumecida.



Esta noche ha sido tranquila, no ha habido botellón en el parking, ni ha habido “manguis” rompiendo ventanillas. La policía ha hecho sus rondas habituales, pero no me han molestado. Esta noche no he pasado miedo ¿Me estaré acostumbrando a esta mierda de vida?



Conecto la radio. Están dando las señales horarias. Los pitidos anuncian las seis y media de la mañana. Todavía hay poca luz.



Mientras me voy despertando oigo las noticias, hablan de Libia, de la sucesión de ZP, de la “evidente” recuperación económica, de ese partido que quieren o no quieren legalizar y de las hipotecas. Hablan “muy por encima” de las miles y miles de familias que han dejado su piso al no poder hacer frente a la hipoteca.



Cuando los del juzgado vinieron a casa, Carlota y los niños ya se habían ido con mis suegros. Menos mal, no quería que sintieran esa humillación… si… les dije que la policía sobraba y les entregué las llaves del piso, sin discusiones, sin poder mirarles a la cara y tragándome las lágrimas de impotencia, vergüenza y rabia, ante la mirada indiscreta de algún vecino. A mi mujer le dije que encontraría trabajo fuera como fuera y que me pondría en contacto con ella cuando lo consiguiera… ya han pasado quince días y aquí me encuentro, por la noche durmiendo en un aparcamiento de una ciudad desconocida. Por el día pateando obras y fábricas pidiendo trabajo, sucio, con la misma ropa de hace dos semanas, sin trabajo, sin dinero, sin comida, sin orgullo… por no tener, creo que ya no tengo ni esperanza, ni dignidad... ni siquiera lágrimas.


7 comentarios:

  1. Tu protagonista necesita una ducha, ropa limpia, un a brazo y mucha suerte.

    ResponderEliminar
  2. Me gusta el principio del cuento, cuando el sapo habla, después me ha sorprendido el giro que has dado.
    No sé, no sé... si besaría al sapo, me gusta demasiado la libertad.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  3. Debe ser tremendo verse así ¡qué tristeza!
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  4. Son vidas que por desgracia existen, no deseo a nadie que sepa lo que es vivir un desahucio es horrible.............

    Maximo, me has recordado algo que ya no me acordaba de ello.........

    Un beso.

    ResponderEliminar
  5. De nuevo paso a saludarte para desearte una feliz Semana Santa. Un abrazo.

    ResponderEliminar

Seguidores