sábado, 28 de abril de 2012

Brindis por Lorenzo.

Como caballeros, que no lo somos, alrededor de una improvisada mesa redonda con forma de vieja barrica de vino reciclada. Circunscritos en la circunferencia de tablillas, una botella de vino, lacón, chorizo y alguna otra cosa para picar. Alrededor media docena de amigos entre hombres, mujeres o niños, tras la despedida definitiva del padre de uno de nosotros… mientras en la calle el hombre del tiempo nos castiga con un chubasco de Abril.
Me entero que Lorenzo tuvo una vida difícil, complicada y dura, con dos hijas y una viudedad temprana. Lo detallan con reconocimiento y cariño, con naturalidad…  entre amigos.  Con el aliciente, de que su hija nos comenta que a él le hubiera gustado saber que éste día acabaría rodeada entre amigos, alrededor de una mesa y hablando de forma agradable, compartiendo ideas,cariño,sentimientos, penas, bromas y momentos… compartiendo vida.
No para de diluviar, pero acabamos la improvisada cena  después de beber, a gusto, creo que sin excesos, sin trasnochar, ya que uno de nosotros, seguramente saldrá a pescar de madrugada… y yo me adjudico la botella con el vino que ha sobrado, la envuelvo y me la traigo a casa… y aquí ante el teclado, ordenando ideas, disfruto de ésta soledad buscada, en complicidad con el embrujo de la noche, pienso que mañana cuando saboree  ese “culín” de la botella de Rioja, haré un brindis por Lorenzo, una persona sencilla a quien apenas conocí y sin duda, una gran persona para los que tuvieron la suerte de tenerlo cerca.

1 comentario:

Seguidores