lunes, 18 de junio de 2012

Atracción. *

Mi dentista, que es de Bilbao, me ha puesto unos “brackets”, de un acero inoxidable de gran calidad, de lo mejorcito que localizó en los Altos Hornos de Vizcaya. Quiere que a mi sonrisa le concedan el sello de garantía y homologación con el “Label Vasco”.
Ha sido una gran sorpresa, ya que ésta intervención odontológica, me ha cambiado la vida, pues de golpe y porrazo me he convertido en una persona extraordinariamente cariñosa y besucona en exceso.
Lo he podido comprobar con mi vecina del sexto, cuando el pasado Viernes coincidimos en el ascensor y tras darle los buenos días y pulsar el botón del sexto, le estampé un cariñoso beso de tornillo y otros de menor intensidad, de tal forma que cuando llegamos a su piso y gracias a su informal “top” estival, que mantenía su preciosísimo ombligo al aire, le estampé numerosos besos en el mismo, sin poder despegar mis labios de tal ombligo de autentico diseño.
Por supuesto que no fue una maniobra de acoso sexual, ni historias de tipo machista, ya que mi vecina, que es azafata, flirtea conmigo desde que se vino a vivir a nuestro bloque de vecinos. Lo veía venir, pero nunca pensé que ocurriera de ésta forma.
Tras tal reconfortante acontecimiento y durante toda ésta semana hemos mantenido diferentes encuentros de todo tipo, desde “casuales” encuentros ascendentes y descendentes en el ascensor, hasta otros mas cálidos y geométricos que definen posiciones horizontales, perpendiculares, oblicuas, tangenciales, intersecciones de cuerpos volumétricos en el espacio, proyecciones de sombras, etc… todo ello en su coqueto apartamento.

Para mi sorpresa, en todos estos encuentros, después de demostrarnos con la mayor intensidad del mundo todos nuestros afectos, termino con mi lento, duradero y espectacular beso en el ombligo, del que no me puedo separar con facilidad. Su ombligo ejerce sobre mis “brackets” de acero inoxidable, una atracción irresistible.
Mi vecina Lorena, está en el paro. Hace unos días, en la revisión médica periódica, le han observado una anomalía en el estómago. Los médicos han hablado con ella y lo ha reconocido sin ningún sonrojo: -de pequeña se tragó un imán de gran intensidad, y no pudo recuperarlo de forma alguna. Desde entonces Lorena oculta su gran culpabilidad, al saber que por el extraño cuerpo imantado que se tragó en su infancia y que se aloja de por vida en su estómago, se disparan todos los sistemas de alarma de los arcos de seguridad en los aeropuertos de todo el mundo, sin hablar de los problemas que originaba al imantar los relojes de pulsera de pretendientes y amigos que se le aproximaban con exceso de confianza y con “la mano tonta”.

3 comentarios:

  1. Y...¿ qué tipo de imán dices que se tragó???

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  2. A mi me ha quedado una duda... no se si ponerme brackest o mejor me trago un imán

    saludoss

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  3. Jajaja, de los Altos Hornos tenían que ser. No podían ser de otra forma teniendo sello de garantía y homologación de “Label Vasco”.
    Creo que me tragaré un imán y me daré una vueltecita por la Villa, a ver si encuentro esa consulta.

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