sábado, 12 de enero de 2013

El techo se mueve, el silencio zumba...

Desde mi primera y última vuelta al mundo embarcado en el Juan Sebastián Elcano no había notado ésta sensación. Me he sentido como uno de los diecisiete supervivientes que la primera expedición tuvo.
Me he acostado abrazando fuertemente al borde de la cama con la mano derecha y con la izquierda agarrado a la almohada con la pretensión de no caer por la borda. La cama oscila al son de las olas y el techo en desorden en lento y diferente ritmo. Si echo mi pierna hacia la derecha sale bajo el edredón comprobando el frío suelo. Si mi pierna la estiro hacia la izquierda compruebo que mi acompañante duerme plácidamente. Bajo la almohada mi embotada cabeza. Mi centro de gravedad se desplaza sin cesar, la lámpara se duplica, el techo se mueve, el silencio zumba, la cama navega, el techo oscila...

En la próxima "queimada" seré mas cauto.

2 comentarios:

  1. Máximo, vives varias vidas...En este capítulo de una de ellas, sin embargo, no me apunto (jeje!)

    felices sueños y realidades.
    Besos,

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  2. Es una pena que no te apuntes, las queimadas son para compartir. Agradezco tu visita.
    Saludos.

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