En mi calidad de observadora desde la soledad en compañía de nuestro mirador inigualable, recuerdo las responsabilidades soportadas, sobrepesos increibles, admirables curvas suaves, contenidos calurosos de verano y destemples de invierno, discusiones, diálogos entre jovenes enamorados, viejos amantes, matrimonios cansados,... y a pesar de ser discreta no hago mas que pensar, en el día que las silla hablemos.
¡Saludos!
ResponderEliminarSi las sillas, las mesas o las paredes hablaran...
ResponderEliminarMas de uno o una saldrán despavoridos de la estancia.
Lo que podrían contar!! y también quejarse de tanto peso! me gusta la fotografía,
ResponderEliminarBesos,