sábado, 13 de julio de 2013

Orgullo y vergüenza.

Argimiro Torradillo Ciruelo, oficial de albañil, es todo un artesano, domina como pocos el arte de los morteros de cal o de cemento con total precisión y utiliza paleta o llana con la maestría que requiere cada caso. Algo que solo saben hacerlo albañiles de edad, que vivieron otra época en que se valoraban las profesiones. Argimiro se sentía orgulloso de ser un "paleta" de los de verdad, todo un artesano. Lleva en su brazo derecho tatuado el nombre de su esposa Carmen, justo debajo del lema "Amor de madre" que hizo tatuarse cuando sirvió a la patria en Melilla.

Hoy Argimiro hace cola en los comedores sociales de su ciudad, con el temor de ser visto por algún conocido. La camisa gastada, pero limpia y remangada, pantalones bien usados. La mirada triste, cansada y carente de ilusión. Después de las seis de la tarde, a la hora en que la gente de las obras regresan a su casa, volverá a casa de su anciana madre. Le dirá que ha habido mucho tajo en la obra y después de darle algo de conversación, se irá a su humilde y destartalada habitación, la que usó durante los años de infancia y juventud. Mientras oye a la radio escupir vergüenzas nacionales y cifras millonarias que se reparten entre gentes sin escrupulos, se mira derrotado ante el espejo su brazo y comprueba que el espadadrapo tapa completamente el nombre de Carmen. No tiene fuerzas ni para llorar.

El día que Argimiro se sintió mendigando el amor de su mujer, pidiendo una mirada cómplice, reclamando una caricia a tiempo o necesitando una palabra de ánimo y apoyo...  aquel día tomó la decisión de cubrir el tatuaje de aquel nombre de mujer a la que tanto había querido. El de "amor de madre" lo luce orgulloso.

3 comentarios:

  1. Pues muy triste, Máximo...Supongo que la realidad supera a la ficción.

    Besos,

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  2. Yo le diría a Argimiro....
    Dale tiempo al tiempo, que las cosas buenas de la vida vendrán por si solas.
    y para que eso suceda , deja ir sin darte por vencido...
    y acepta las cosas que no pueden ser,
    un abrazo..

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  3. ¡Bonito y triste relato a la vez...!
    ¡Buenas noches y dulces sueños!

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