Avelino Melonares Terrón era un hombre pulcro y aseado. Su
olor permanente a jabón de la
Toja revelaba su afición a la higiene de palangana y
abluciones parciales y su aroma a limpio de jaboneta de posguerra, denotaba su
presencia allá donde fuera.
Su traje estuvo de moda hace años y no era un impedimento
para llevarlo siempre bien planchado. Codos y bolsillos con brillos que
demostraban que el tejido era de gran durabilidad. Sus modales, los adecuados
para servir como secretario de don Marcial. Educado, correcto, servil y
disciplinado.
Nadie pensó que aquellos acontecimientos acaecidos al final
del verano, pudieran tener como protagonista a Avelino, pero claro, es que ya
no podía aguantar más, aburrido de tanto abuso por parte de los residentes de
la tercera edad con los que les había tocado compartir hotel durante aquel
verano en Benidorm… y es que se le colaban las viejas en el autoservicio del
comedor del hotel, los viejos se tiraban en pancha a por los “croassanes” del
desayuno, llenándose el plato y dejando a Avelino sin desayuno alguno y para
colmo, también se le colaban en el ascensor y ocupaban la primera fila de la
playa con su gastadas y vacías hamacas de "nylon", sin contar con aquellos
alborotos tras el baile nocturno y aquel insufrible “No rompas más mi pobre
corazón…”.
Cuando regresó de vacaciones Avelino acudió a su
supermercado de barrio, de música de fondo “No rompas más mi pobre corazón…” y
fue entonces cuando la gota de agua desbordó el vaso. Avelino cogió a aquella
abuela y golpeándola fuertemente en la sesera la metió en el carro de la compra
oculta entre plásticos, bolsas de congelados y otras ofertas 3x2. Cuando la Guardia Civil encontró a doña
Eufrásia descuartizada en el congelador de Avelino, éste cantó… y es que ya no
podía más, estaba harto de que se le colaran los abuelos y abuelas, los
pensionistas, los de la tarjeta azul… en
la playa bien, pero ya venir avasallando en la cola del supermercado y con esa
música de fondo… eso ya no lo pudo aguantar.
Joooo...que fuerte Máximo...El hombre perdió su aparente tranquilidad; lo mejor hubiera sido soltar, soltar lastre y mala o. a su tiempo. ¿no crees?
ResponderEliminarbesos,
Avelino hombre, eso no son maneras de calmar el estres... aqui la Eufrasia sin comerlo ni beberlo ha pagado el pato. Te sugiero que cuando oigas a coyote , te unas a la fila y a golpe de tacón , paso adelante , paso atras , media vuelta y ....todo quedó ahí.
ResponderEliminarPobrecilla Eufrasia. Una vez más pagaron justos por inocentes...
ResponderEliminar¡Saludos!