sábado, 7 de marzo de 2015

Reflexiones sobre la bradipsíquia de las ranas en primavera.

Es cierto que Demóstenes Buendía era un ser “espirituado”, en el que la madre naturaleza había puesto todo su empeño en rozar los límites de la perfección. Desde su mas tierna infancia, había sido envidiado por aquellas ranas bradipsíquicas de aquella charca. Ellas se mantenían un silencio constante, en la distancia, hasta que una de ellas daba la nota y el resto del colectivo se unía a croar. Este hecho sucedía varias veces al día. Además, el cieno de aquellos barros y aquellas aguas, tenían el don de cegarlas a todas por igual y hacerlas ranas de lidia, de similar opinión, que entraban al trapo a la menor provocación.

Con el tiempo Demóstenes adquiríó el conocimiento de las artes, de la música y de las letras, despuntando en la charca por su oratoria y dialéctica sin respuesta, ya que aquellas ranas solo croaban y croaban, bien a viva voz o por “Whatsapp”, que también dominaban. Conocían los "emoticónos" a la perfección, y se daban besos, aplausos, guiños y otras cuantas florituras a la menor oportunidad.

Tanto “wathsapeo” tenían las ranas, que su dedo pulgar, por todos sabidos muy desarrollado, les creció tanto, que apenas podían sacarse las mucosidades de sus fosas nasales, limitando su uso al musical toque del timbre de la bicicleta, hacer autoestop y plasmar su huella dactilar en aquellos sitios donde lo requería la burocracia.

1 comentario:

  1. Es una entrada muy graciosa, en la que llevas la actualidad de un hecho ya cotidiano en el día a día de cada uno, a un símil simpático y bastante acertado. Nunca se escribió tanto como hoy ni se lee tanto como hoy, eso es verdad, con la guasa del guasap, pero qué se habla, cómo se escribe y qué se lee? partituras de ranas. Yo no tengo ni tan siquiera móvil, cosa mal hecha por mi parte, mayormente porque conduzco y si me pasara algo tendría que avisar por señales de humo. La verdad es que no hay nada más rentable que inventar algo y hacer que la gente no sepa vivir sin ese algo, vamos, el chollo vivo del empresario.
    Ranas de lidia, jajja, genial.
    Buen domingo y saludos, Máximo.

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