domingo, 17 de febrero de 2013

Venganza, plato de gusto.

Juré venganza y asi lo hice. Preparé con todo detalle el plan, así que me fuí desnudando rápidamente ante el espejo de mi dormitorio, hasta quedarme únicamente con  mis boxer puestos. Sentía la tensión en todo mi cuerpo mientras me metía en la cama. Una vez dentro apagué la lámpara de mi mesilla y en plena oscuridad agudicé mi oído hasta que al cabo de media hora sentí como se acercaban sus pasos. La madera crujía bajo sus pies. Un crujido, otro, otro más... pasos lentos, ella se acercaba. El día D la hora H estaba llegando. Me hice el dormido. No podía permitirme que ella se diera cuenta que la observaba mientras se preparaba para meterse en la cama que hasta ese momento compartíamos.

Ante mí se fue desnudando con calma mirando su cuerpo reflejado en la puerta del armario. Hacía frío y como siempre en éstas circunstancias, se puso el viejo pijama colgón de franela para temporada invernal, luego sentándose a los pies de la cama se calzó los calcetines gordos de lana. Su modelo de ropa de temporada para dormir era un deshibinidor natural para maridos en celo o no. Ante el espejo de la cómoda, se recogió el pelo con un medio nudo a modo de moño funcional provisional, se embadurnó de blanco la cara con crema desmaquilladora, todo un adefesio... luego con los pequeños algodones redondos, se quitaba poco a poco el maquillaje. El reloj iba despacio. Empecé a resoplar más fuerte aparentando un sueño profundo mientras la observaba con los ojos entrecerrados. La hora H se acercaba, la venganza era cuestión de minutos. Necesitaba paciencia.

Una vez realizados los trabajos de restauración estética ante el espejo, se metió en la cama junto a mí y al poco tiempo apagó la lámpara de su mesilla.

-¿Fulgencio estás dormido? -Me preguntó insistiendo y dandome unos golpecitos en el brazo, pero yo seguía resoplando fingiendo estar profundamente entregado a Morfeo.

Se dió por vencida dandose media vuelta. Segundos mas tarde empezó a resoplar de forma rítmica y sonóra. Sin roncar, porque las mujeres no roncan... la verdad es que se me hizo largo, esperé la media hora con premeditación y alevosía. Mi venganza estaba a punto de cumplirse.

-Concha, Conchaaaa, Conchaaaaaa -la desperté zarandeándole el brazo -¿Te has acordado de tomar la pastilla para dormir?

Ya estaba harto de que me despertáran todas las noches preguntándome si estaba dormido. Por fin, la venganza se había cumplido.

8 comentarios:

  1. Siempre se dice que la venganza se sirve en plato frío. Creo que Fulgéncio hizo esto último, la venganza es un desquite a una mala acción percibida, se tomo la justicia por su mano.

    Cuidado Fulgencio que ahora Concha se puede tomar su venganza, ya sabes se sirve en plato frío.

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    1. ¿Que venganza podría esperar Fulgencio de Concha? ¿Se te ocurre alguna buena? o hay que dar un poco mas de tiempo.
      Saludos.

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  2. ¡Ja, ja, ja, qué bueno:"ya estaba harto de que me despertaran todas las noches preguntándome si estaba dormido" además por una dama tan poco seductora! ¿verdad? Porque si, al menos, te alegrara el alma y el corazón, no habría tanto problema...
    ¡Saludos y hasta pronto!

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    1. Nadie dijo que Concha fuera poco seductora y mas teniendo en cuenta que la seducción es el arte de atraer con el engaño. ¿Piensas que Concha engañaba con sus fríos y su aspecto?
      Un saludo.

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  3. jajaja!!! Muy bueno, `parece que la vas a asesinar y mira! Que tome de su propia medicina ¿no?

    besos,

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    1. ¿Devolver su propia medicina lo consideras venganza? o la venganza es la propia medicina incrementada con un valor añadido de maldad.
      Agradezco muy sinceramente tu visita.

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  4. La venganza nunca es buena, hiere el alma y la envenena.
    Txori

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    1. Si, si tienes razón... pero es que da un gustazo vengarse!!!
      Saludos.

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